Touriñán ha sido también testigo de innumerables naufragios, algunos con historias curiosas, como el del barco alemán Madeleine Reig, que en 1935 partió en dos al gallego Ocho hermanos. 22 años más tarde, en 1957, el Madeleine Reig se hundió casi en el mismo lugar donde había hundido al pesquero gallego.
A unos tres cuartos de milla al oeste del faro se encuentra una losa de apariencia inconstante llamada O Farelo, A Galluda o A Laxe de Touriñán, que el ritmo del agua y el tiempo de las mareas, cubre y descubre, convirtiéndose en un alto riesgo para los navíos. La gente del lugar la asocia en sus cantares con el peligro de esa zona:
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